Cuando te sientes sobrepasada
- amarucosmeticaecol
- 7 may
- 2 Min. de lectura
Hay días en los que hasta bañarse se siente como un trekking. Días en los que el cuerpo pesa, la mente está saturada y el ánimo simplemente no está. No por flojera, ni por descuido. Sino porque hay algo adentro que está pidiendo calma, tiempo, espacio.
Y no hay que normalizarlo.
Sentirse así no es "lo que toca".
Tampoco es el fin de ti.
A veces creemos que el autocuidado tiene que verse de cierta forma: gimnasio, clases de yoga, tardes aesthetic, una piel luminosa, un momento perfecto. En resumen, un lujo al cual no podemos acceder, un privilegio.
Pero la realidad, es que el autocuidado está en todo. Es saber escucharte cuando estás mal. Es darte permiso para estar triste, para sentir ansiedad, para cansarte, para llorar, también para sonreir y bailar de felicidad. Es comprenderte, incluso cuando no te sientes tú misma, especialmente cuando no te sientes tu misma.
La piel también lo nota. El estrés, la angustia, el insomnio, la falta de energía… todo eso tiene un reflejo. La piel se ve más apagada, puede salir acné, resecarse, sensibilizarse. No porque “no te estás cuidando”, sino porque tu cuerpo está canalizando lo que estás viviendo. Es su forma de pedir atención, no un castigo.
Y acá viene lo importante: no tienes que obligarte a seguir todo como si nada, ni exigirte más de lo que puedes. Solo necesitas volver poco a poco a ti, reencontrarte sin exigencia. Porque cuidarte no es una carrera ni seguir tendencias. Es una forma de recordarte que estás ahí, incluso cuando sientes que todo pesa, que tú sigues siendo tu prioridad.
¿Qué puedes hacer cuando no tienes energía ni para mirarte al espejo?
Si no te da la mente para hacerte tus largas rutinas, no dejes todo de lado, aquí no es todo o nada. Es mejor un pequeño paso que ningún paso, mientras avances.
Has lo que tu mente necesite y tu cuerpo te permita
Tu rutina no tiene que ser perfecta para servirte. Solo tiene que partir desde la comprensión, no desde la exigencia. Incluso un solo paso, hecho con cariño, es más valioso que diez hechos por culpa.
Y mientras vuelves a ti, mientras atraviesas lo que estás sintiendo, también puedes empezar a preguntarte: ¿Qué puedo hacer hoy por mí que me ayude un poquito a sentirme mejor?
No para “arreglarme”.
No para verme distinta.
Sino para sostenerme.
Para acompañarme en el proceso.
Dormir mejor, alimentarte con lo que te hace bien, darte un masaje suave al aplicar tu hidratante, tomar aire, salir a caminar, pedir ayuda, respirar. Todo eso también es autocuidado. Aunque no se note en una foto, aunque no tenga envase.
No estás fallando por sentirte así.
Estás viviendo.
Y en ese camino, cuidarte sin presión, pero con amor, puede ser una de las formas más bellas de volver a ti misma.
En Amaru, creemos que una rutina de cuidado no es solo un conjunto de productos. Es un momento. Un acto. Un reencuentro contigo.
Y queremos estar ahí, en ese volver. Sin exigencias, sin prisa.
Nuestra meta es ayudarte entregándote las herramientas para que te regales ese espacio de amor y comprensión a ti mismx.
Comments