Desde una edad temprana, somos bombardeados por imágenes y mensajes de la industria de la cosmética que establecen estándares poco realistas de belleza. Ya sea en anuncios televisivos, revistas, redes sociales o vallas publicitarias, nos inundan con la idea de que la perfección física es el camino hacia la felicidad y el éxito. Este constante bombardeo puede tener un impacto profundo en nuestra autoestima y percepción de nosotros mismos.
Durante la adolescencia, muchos de nosotros enfrentamos desafíos relacionados con la piel, como el acné. La publicidad nos dice que la piel perfectamente lisa y sin defectos es el ideal a alcanzar y hasta somos molestados por otros niños, lo que puede generar sentimientos de vergüenza e inseguridad cuando nuestra propia piel no se ajusta a este estándar. Como resultado, recurrimos a productos cosméticos para cubrir nuestras "imperfecciones" desde muy temprana edad, en lugar de abordarlas desde una perspectiva de cuidado y aceptación de nuestra piel tal como es.

A medida que envejecemos, nos enfrentamos a nuevos desafíos, como las marcas de envejecimiento. La publicidad nos vende la idea de que la juventud es sinónimo de belleza, y que cualquier signo de envejecimiento debe ser combatido a toda costa. Nos sentimos presionados para ocultar nuestras arrugas y líneas de expresión, en lugar de celebrarlas como parte natural del proceso de envejecimiento y de entender porqué suceden para combatirlas si es por otra razón.
Sin embargo, es hora de desafiar estos estándares irreales y abrazar nuestra belleza natural. En lugar de esconder nuestras "imperfecciones", debemos aprender a cuidar y aceptar nuestra piel tal como es. Esto significa adoptar una rutina de cuidado de la piel que se centre en la salud y el bienestar, en lugar de perseguir la perfección externa.
Es importante recordar que muchas de las afecciones y marcas en nuestra piel pueden deberse a falta de limpieza, hidratación, nutrientes o mal uso de productos. En lugar de dejarnos llevar por la publicidad y las tendencias de la cosmética, debemos aprender a cuidar nuestra piel según sus necesidades para que este sana y pueda cumplir sus importantes funciones. Recuerda que la apariencia no siempre es sinónimo de salud, podemos parecer bien, pero por dentro no estarlo.
Brilla porque te quieres y te cuidas, no porque te escondes y te avergüenzas
Al elegir productos de cuidado de la piel y maquillaje, debemos hacerlo desde un lugar de amor propio y cuidado personal. Entendamos cómo y por qué funcionan estos productos, y utilicémoslos para realzar nuestra belleza natural en lugar de esconderla. Al hacerlo, podemos empoderarnos a nosotros mismos y a otros para celebrar la diversidad y la autenticidad en todas sus formas.
No empoderemos la publicidad engañosa ni quienes construyen estos estándares de belleza que generan tanto daño, seamos parte del cambio.
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